Queridos todos y todas, es la primera vez que os dirijo unas palabras y os preguntaréis que por qué lo hago.
Pues
precisamente quiero en esta ocasión agradeceros las que durante tantos
años me habéis donado altruistamente. Y cuando digo tantos años me tengo
que remontar a mi infancia. Aún no sabía leer, pero disfrutaba de los
cuentos que tan pausadamente me contaban mis progenitores, agregando
alguna palabra o expresión nueva al original; sin tener idea entonces
que existían unos seres creadores de palabras capaz de hacer vivir las
emociones más intensas.
Cuando
descubrí la lectura, años más tardes, empecé a buscar los minutos que
me aislaran del mundo real para zambullirme en ese otro sorprendente y
fantástico de los tebeos y cuentos.
Un
poco después alternaba la lectura de textos educativos con aquellos
otros que muchos de vosotros habiais escrito relacionados con la
liteatura.
Así
fui aficionándome a compartir mi vida cotidiana con todas aquellas
aventuras que tan ingeniosamente fraguabais. Se convirtió en una
expectante rutina el estar un rato con vosotros, ya no podía pasar sin
todas aquellas palabras que me regalabais día a día.
Fui forjando mi vocabulario pero sobre todo mi horizonte se amplió geográfica y temporalmente.
Empecé a conocer otros países, ciudades, épocas.
La amalgama de personajes que hilvanabais con tan singular maestría, me evocaban la amplia gama de diseños de vida.
Y
aún continúo con este gran placer que te ofrece la literatura y sus
diversos géneros literarios. Ahora intento que otras personas gocen y
creen textos literarios, porque cada una posee la facultad de jugar con
las palabras, ese don que todos podemos ofrecer.
Por todo esto, gracias infinitas, por haberme ofrecido la palabra como fuente de sueños.
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